Era un viernes, el primero del mes de septiembre de 1939. Había llovido en la tarde y se encontraba reunido un grupo de amigos en la tienda de don Toño el Maicero, situada en la calle de La Arena. Escuchaban en el radio unas canciones muy alegres que hablaban de amores y traiciones de “una mujer ingrata”. Además de don Toño, estaba presente Jeremías, el sobrino de “Faifas” el campanero, quien les estaba contando de todos los que habían ido al templo a comulgar para cumplir con su “primer viernes del mes”. En eso llegó corriendo Filemón y les dijo:- Cámbienle de estación y oigan lo que están repite y repite desde hace rato en las noticias.- ¿Qué es lo que oíste, Filemón? Le preguntó Agapito, al que le decían El Sinarquista porque era sobrino de Pancho el de la fragua y éste ya lo había “jalado” pa' su partido político.- ¡La guerra ha comenzado!- ¿Pos a poco todavía andan Los Cristeros en el monte? Le preguntó a su vez, Jeremías.- ¡Alemania invadió Polonia! Les contestó gritando Filemón.Mientras tanto, don Toño ya había sintonizado las noticias y todos alcanzaron a oír en voz del locutor: “Hace unas horas, las tropas alemanas han entrado en territorio polaco. Tomaron desprevenidas a las fuerzas militares y en poco tiempo han avanzado muy adentro del territorio. En respuesta a lo anterior, Gran Bretaña y Francia han declarado la guerra a Alemania y a su aliada Austria por lo que, como se temía, varios países se enfrascan nuevamente en una conflagración”.- ¿Qué es eso de confagración? le preguntó Jeremías a Agapito.- ¡Se armaron los chingadazos! Contestó impaciente Agapito.- Ya me lo temía, agregó Filemón al que le decían El Bolchevique porque siempre estaba defendiendo la causa socialista de los soviéticos. --¿Recuerdan que yo se los anticipé? ¿No les dije que después que Franco traicionó las elecciones en España y eliminó a los Republicanos, se iba a venir otra guerra mundial? ¿No les dije hace un año, que el cabrón de Hitler andaba buscándole tres pies al gato cuando se metió a robarles un pedazo de territorio a los checoslovacos?- Tú lo dices porque en Checoslovaquia también son comunistas y no aceptas que esos ateos solo buscan ver que agarran en “la bola” dijo Agapito. También agregó, no nos hagamos pendejos, ¿no te dije hace unos días que había visto en el periódico que los soviéticos habían hecho un trato con Hitler pa' repartirse a Polonia?- Yo lo que sé es que Italia está aliada con Alemania y también anda metida en la bola desde hace tiempo cuando Mussolini invadió otros países. Dijo don Toño.- Yo creo que hacen bien estos dos generales ya que están salvando al mundo del comunismo. Dijo Agapito.- Eso es lo que dice también el Señor Cura. Agregó Jeremías.- Esas son pura mentiras. Dijo Filemón y también les recalcó que en los países socialistas todos tienen educación, salud y trabajo. Y Ahora, si ganan la guerra los alemanes, nos van a hacer trabajar “a güevo”. Además, ellos no quieren a los que no son de su raza: ni a los judíos, ni a los gitanos, ni a los negros y ni a nosotros ¿a poco los mexicanos somos de su color?- Pos nomás unos cuantos, ahí está Joaquín Alvarado que tiene el pelo colorado. Dijo Jeremías y aprovechó para preguntarle a Filemón ¿Por qué a veces les dices a Hitler y a Mussolini que son fascistas?- ¡Mejor ay pregúntale a Herculano porque él si se sabe todo eso ya que me lo contó hace tiempo.Entonces habló Herculano, al que le decían “El Medallas”, porque se dedicaba a hacer rosarios y medallitas para llevarlos a vender en las fiestas de los pueblos cercanos.- Pos la historia del nombrecito ese va más o menos así: en tiempos de los romanos, el mero jefe, el que mandaba, traía siempre en la mano un cetro o garrote al que le decía fascio. Era como un símbolo o señal pa'darles a entender a todos que allí nomás sus chicharrones tronaban. Al que traía el fascio, le tenían que obedecer sin replicar porque tenía todo el poder y era muy autoritario y por eso también le decían dictador.- Con razón Filemón, también le decía dictador fascista a Franco cuando fregó a los Republicanos en España, agregó Jeremías.Volvió a hablar Filemón:- Yo por eso digo que Lázaro Cárdenas tiene los “esos” bien puestos porque fue de los pocos presidentes del mundo que apoyó a los españoles y dejó que muchos se vinieran a vivir a Morelia. También en 1935, cuando Italia se anexó Etiopía, les impuso un bloqueo económico ya que les dejó de vender petróleo, carbón y otros productos que México le suministraba. No están ustedes pa' saberlo pero yo si se los cuento: ése ha sido uno de los momentos en que nuestro país se ha portado a la altura y no se le rajó a los fascistas.- ¡Oye Herculano!, le diste alas al bolchevique pa' que nos aviente otro de sus discursos ateos, dijo el sinarquista.- Yo nomás se los digo pa' que no sean tan cerrados, replicó Filemón.- Es porque estudiaste en la Escuela Constitución, con la maestra Elisita.- Y todos ustedes porque estudiaron con la Madre Nacha, respondió Filemón el bolchevique.- Oye Jeremías, ¿es cierto que la Madre Nacha te enseñó a leer por un huevo?, le preguntó don Toño.- No se rían cabrones, ni sean malpensados. Además no fue ella sino otro profesor que estaba en la escuela de Marín. Sucede que mi tío faifas quería que aprendiera rápido a leer y ese profesor me daba clases por las noches y yo tenía que pagarle diariamente con un huevo.- ¿Era huevo de Cúcuna o era de los tuyos?, le preguntó don Toño y todos soltaron la carcajada.
Así eran como transcurrían alegremente las veladas los cuatro amigos que iban con don Toño o al billar a escuchar los “partes de guerra” que todos los días difundían en el radio. Era en esas ocasiones cuando se enteraban de los acontecimientos importantes durante la 2ª Guerra Mundial.En otra ocasión en que estaban los amigos con don Toño, escucharon el siguiente “parte de guerra”: El día de hoy, 19 de diciembre de 1939, H. Langsdorff, capitán del acorazado alemán Graf Spee, se suicidó con un disparo en la cabeza. El capitán no pudo resistir la pena de haber perdido su barco ya que dos días antes, sus propios tripulantes habían colocado una gran cantidad de explosivos que hundieron el barco y con ello evitaron que cayera en manos de los marinos ingleses. El Graf Spee se encontraba anclado para reparaciones en el puerto de Montevideo, Uruguay, que es un país neutral y fuera de la bahía lo estaban esperando varios barcos ingleses que lo venían persiguiendo desde fines de septiembre cuando el acorazado alemán hundió el carguero inglés Clement en el océano Atlántico.- Yo creía que no iban a llegar los chingadazos hasta nuestro continente, dijo Agapito. - Si no tarda en que México le entre a la bola, dijo Herculano- ¡Ni que fuerás adivino pa' saber lo que viene! Alguien le dijo.- Pos pa' adivino está Feliciano, el hermano de Jeremías el “Faifitas”. Él siempre carga con una bolita de cristal que le vendieron en Guadalajara y dice que es muy buena ya que con ella ha adivinado muchas cosas que ocurrieron después de que él las vio en la bola de cristal.- ¡Ese Feliciano presume de saber muchas cosas, pero todas las sabe mal!, comentó filosóficamente don Toño, mientras despachaba un kilo de piloncillo.- Pues sea lo que sea, yo creo que hay que preguntarle a Feliciano cuándo le va a entrar México a la guerra. Ya queremos probar si todavía sirven los 30-30 que nos quedaron después de la Cristiada, dijo el Sinarquista.- La guerra es cabrona. Yo creo que mejor nomás la oímos por radio, sentenció Filemón el bolchevique y agregó: Hitler ya se está apoderando de toda Europa.- Oye Jeremías, ¿es cierto que a tu familia la “saló” una húngara de las que pasaron por aquí hace mucho tiempo?, preguntó Agapito.- ¿Por qué lo dices? Lo encaró enojado el Faifitas.- Porque en tu familia hay muchos defectuosos. Ay tienes a tu tío Faifas que tiene su joroba y también está tu hermano Feliciano, “el cojo de las dos patas”. Ya ves que se balancea como las canoas en el río y siempre se anda riendo. El otro día le pregunté ¿Por qué siempre andas tan contento, si ni siquiera puedes bailar bien en el bule de La Manuela? Y el muy vacilador me dijo: yo prefiero agarrarlas quietecitas y acostadas, ¿no ves que me dicen “el cojo doble”?
Al día siguiente y cuando estaban de nuevo reunidos, los amigos oyeron en el radio este comentario: en nuestro país, la gente está dividida en sus opiniones e inclinaciones hacia los dos bandos involucrados en la guerra. El corresponsal de un periódico mexicano que había estado el pasado mes de octubre en Europa y que había entrevistado al líder alemán dijo: “Hitler es el arquitecto de una Alemania magnífica. Posee una personalidad que electriza a un imperio de 90 millones de habitantes. Se proyecta como un coloso de su tiempo”. El primero en hablar fue Filemón, el bolchevique:- Yo creo que a ese periodista, los alemanes le han de haber dado dinero para que hablara tan bien de ellos.Herculano le respondió:- Pero has de tener presente que los políticos mexicanos apoyan a los alemanes ya que desde el año pasado en que Lázaro Cárdenas expropio el petróleo a los ingleses, solamente los alemanes y japoneses nos lo están comprando.Jeremías, intervino:- Y entonces México, ¿de qué lado se pondrá? ¿Con Alemania o con los ingleses?- Yo digo que debemos apoyar a los alemanes fascistas, dijo Agapito el Sinarquista.- Es lo mismo que dice el Señor Cura, agregó Jeremías el Faifitas.
Así se pasaron los primeros meses de la guerra. En Yurécuaro, había gente que apoyaba a los alemanes. También, algunas personas rezaban por tanta mortandad en Europa a causa de las invasiones de Hitler; sin embargo, muchos yurecuarenses prácticamente no estaban enterados de los detalles y por lo general consideraban que los asuntos de esa guerra eran muy complejos y que era difícil entenderlos cabalmente. En la tienda de don Toño, los cuatro asiduos radioescuchas habían estado atentos a las “partes de guerra”. Supieron que el 9 de abril de 1940, Alemania había invadido Dinamarca y Noruega. También oyeron cuando, a finales de mayo, Bélgica y Holanda habían sido vencidas. Sin embargo, la noticia que más les impactó fue la de la ocupación de Francia en junio del mismo año y quizá esto se debió a que en esas fechas ocurrió la huida y evacuación de miles y miles de franceses e ingleses a través de las playas de Dunkerque. La evacuación se llevó a cabo de manera dramática ya que se tuvieron que usar todo tipo de embarcaciones que estuvieran disponibles. A través del radio, se lanzó un llamado angustioso solicitando transporte para las tropas ya que los que no fueran desalojados, podía morir bajo el fuego de la artillería alemana. Los radioescuchas, también oyeron el “parte de guerra” reportando que el 22 de junio, Hitler había lanzado la Operación Barbarroja, con la cual se iniciaba la invasión de La Unión Soviética. Esta operación era la más grande en la historia de la humanidad ya que la iniciaban con 3 millones de soldados, 3 000 tanques y 2 500 aviones. Aunque los alemanes avanzaron hasta muy cerca de Moscú, el invierno los paró, igual que lo había hecho con los ejércitos de Napoleón Bonaparte muchos años antes.También escucharon que el 28 de octubre de 1940, Italia había invadido Grecia y posteriormente, en febrero de 1941, estuvieron atentos sobre los avances que el general E. Rommel hacía en el norte de África.Los alemanes no paraban en sus planes de conquista y de julio a septiembre de 1941, estuvieron lanzando bombardeos a las ciudades inglesas para facilitar la invasión a la isla, sin embargo, los ingleses bajo el liderazgo de Winston Churchill dieron sangre, sudor y lágrimas con tal de no rendirse.
(Continuará la 2ª parte en la próxima semana).
Agradezco a mis tres lectores el acompañarme en este relato un tanto novelesco ya que, aunque las fechas de la contienda si se apegan a la realidad, los cuatro personajes que menciono: Agapito, Filemón, Herculano y Jeremías, son producto de mi imaginación. Con estos relatos, quiero viajar junto con ustedes, a través del tiempo y recrear las pláticas que pudieran haber tenido la gente del Yurécuaro de hace 70 años.
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