Estimados lectores, los invito a honrar la memoria de una persona que amó a nuestra tierra. Este cariño lo dejó plasmado en su obra: “Historia de Yurécuaro desde su fundación hasta la actualidad”, y la hizo con el propósito de “dejar un recuerdo perpetuo a los hijos y vecinos de esta ciudad para que vean con detenimiento e interés, lo que fue, lo que es y lo que se le espera en el futuro a nuestra tierra natal que está llamada a la prosperidad y el progreso”. Como veremos líneas adelante, además de lo anterior, también participó en la vida económica, social, política y cultural dejándonos una parte de la herencia que hoy disfrutamos.Ignacio Estrada nació el 16 de septiembre de 1866 y murió el 28 de febrero de 1945. Sus padres fueron Rosa Navarro y José de Jesús Estrada. Tres años antes de morir escribió estas líneas: “La gente de todos los pueblos cultos de la tierra que tienen cariño por el terruño que los vio nacer, conservan los deseos más gratos de estar al corriente de los pasajes históricos que han estado cruzando desde los remotos tiempos de su fundación hasta la actualidad”. Agrega, “ …..es necesario hacer un análisis de las actividades antiguas y presentes de nuestro pueblo y deben tomarse como punto de partida para cristalizar los progresos sucesivos y el bienestar de la colectividad que ha de nutrirse del trabajo y de tantas cosas que han cambiado intempestivamente y en lo sucesivo veremos cambios más sorprendentes”. Como vemos en los párrafos anteriores, Ignacio Estrada, estaba consciente de nuestra cultura y nos invita a seguir estando orgullosos de los pasajes históricos que nos imprimen un sello específico dentro de la vida y de la historia de nuestra región y de nuestro país. También nos habla del constante trabajo en pro del bienestar de la colectividad y estar atentos a los cambios tan vertiginosos y sorprendentes que nos esperan. Nuestro antepasado tenía una gran visión y una gran esperanza en el futuro que hoy ya estamos viviendo nosotros y en el futuro que será vivido por las nuevas generaciones. De 1896 a 1924, la vida política de Yurécuaro contó con la participación de Ignacio Estrada Navarro que en nueve ocasiones ocupó la presidencia municipal, ya que por diversas causas tomaba el cargo que muchos no querían. Los años en que estuvo al frente de la presidencia municipal fueron: 1896, 1897, 1898, 1899, 1900, 1901, 1904, 1919 y 1924.El ser escogido en tantas ocasiones para ocupar ese cargo tan importante, se debió a los conocimientos y cultura que poseía Ignacio Estrada. Él fue un gran estudioso de dos historiadores: Fray Francisco Frejes y Manuel Payno. Francisco Frejes nació en Guadalajara en 1784, y escribió “Historia Breve de la Conquista de los Estados Independientes del Antiguo Imperio Mexicano”. En ella nos pone los resultados de su investigación sobre la vida de estos antiguos pueblos con el fin de esclarecer nuestro pasado remoto.Por su parte, el historiador Manuel Payno, nació en 1820 y murió en 1893. Fue un importante diplomático, periodista y educador que influyó mucho en la vida económica, social y política de la segunda mitad del s. XIX en México. Escribió varias obras, de las cuales, nuestro personaje, tomó de base, “Ensayo de una Historia de Michoacán”, publicada en 1870 por la Sociedad mexicana de Geografía y Estadística. Por otra parte, Manuel Payno fue un político liberal “moderado” que junto con otros partidarios, trataron de terminar con la violencia que se venía dando en el país desde hacía varias décadas en los años de 1855 a 1875. Ellos pretendían conciliar los extremos de dos bandos políticos, los conservadores y los liberales, que eran los que influían en la vida política y que se mantenían en constantes pleitos que no permitían el progreso social y económico de la población que ya estaba cansada de tanta violencia. Probablemente, Ignacio Estrada, de allí tomó su gran amor a la paz y fue su gran impulsor en Yurécuaro. Enfatizaba que solamente en un clima pacífico, podría avanzar México. Decía: “Si una vez consumada la independencia de la Patria, México hubiera entrado en una era de paz, la paz y la libertad habrían producido para todos los pueblos de la República, días bonancibles, de engrandecimiento y prosperidad; pero no fue así, continuaron las luchas internas como se acostumbra, deteniendo la marcha del progreso”.
El entorno político de México 1900-1910.Durante la época en que estuvo Ignacio Estrada al frente del gobierno municipal, sucedieron muchos acontecimientos que afectaron la vida en Yurécuaro y sin embargo, y afortunadamente, no hubo hechos sangrientos que lamentar y nuestro pueblo vivió pacíficamente. Recordemos que por esos años en el País, se vivían situaciones que orillaron a la lucha revolucionaria, impulsada primordialmente, por los partidos anti-reeleccionistas. Como antecedentes de éstos, recordemos que desde 1900 habían surgido los llamados “Clubes Liberales” y tres años después organizaron muchas protestas contra la reelección de Porfirio Diaz y él les respondió con cárcel y muerte a los inconformes. Aun se recuerda el lema que apareció en el periódico El Hijo del Ahuizote: “La Constitución ha muerto”. Por esos años, fue muy comentada la lucha de los hermanos Flores Magón contra el gobierno porfirista y a causa de ella, tuvieron que exiliarse en los Estados Unidos. En 1906, se da la huelga de Cananea en Sonora donde los luchadores sociales fueron reprimidos con un saldo de decenas de muertos. También se dieron otras rebeliones populares en Acayucan, Minatitlán, Río Blanco y Veracruz. Para 1908, comenzó a circular el libro de Francisco I. Madero, La Sucesión Presidencial que atizó más los ánimos en el territorio nacional. Hubo también movimientos en Chihuahua con Abraham González, en Morelos con Emiliano Zapata, en Puebla con Los Hermanos Serdán y en Michoacán y Jalisco con Salvador Escalante y Ramón Romero. Ahora bien, para 1909 existía el Partido Reeleccionista de los llamados “Científicos”, una camarilla que apoyaba la nueva reelección de Diaz y que laboraban en cargos públicos y se sentían como los dueños de la Nación. Aunque en 1908, Diaz había dicho al periodista estadounidense James Creelman, que no se volvería a postular, sus correligionarios lo postularon para las elecciones de 1910 lo cual fue el detonante para iniciar la Revolución Mexicana en dicho año.Ahora bien, como ya lo mencioné anteriormente, aunque en todo el Territorio nacional, había gran efervescencia política, en nuestro pueblo solamente se presentó una lucha “relativamente pacífica” y más civilizada. Aquí se tenían representaciones políticas de ambos partidos, el Partido Reeleccionista que apoyaba a Diaz y el Partido Anti- Reeleccionista que apoyaba la lucha de Madero; en ambos partidos, como ocurre en la actualidad, habían miembros de una misma familia que eran opositores políticos; lo cual ayudó grandemente ya que la forma de pensar fue respetada y no se tuvieron que tomar las armas. Ahora bien, años después que inició la revuelta armada, varios yurecuarenses se sumaron a distintas facciones tanto maderistas como villistas o carrancistas. En este ambiente social fue donde florecieron las artes conciliatorias de Ignacio Estrada y lo llevaron a ser uno de los baluartes de Yurécuaro en esa época.
Ignacio Estrada como historiador. Él nos ha narrado varios hechos que son fundamentales para conocer un poco sobre la vida de nuestros antepasados. En ellos me he basado para escribir algunas de mis anteriores columnas como: Perfecto Gallego, el yurecuarense que murió en las mazmorras de la Inquisición en 1801, Nicolás Tamayo y Marcelino Lorenzo, los amigos que murieron juntos por el juramento que se habían hecho en 1816 y Andrés Ventura, héroe de tiempos de la guerra de Independencia. A la obra que escribió en 1942 la calificó como “un rasgo de estadística bien definido de nuestro pueblo”. A su vez, él decía que la Estadística “trata del número de habitantes, de la riqueza pública, de los productos nacionales. De la industria y del grado de adelanto de una nación, estado distrito o municipio”.
Por mi parte, puedo agregar, de acuerdo al diccionario Larousse, que la Estadística es “la ciencia que se ocupa de la reunión de todos los hechos que se pueden valorar numéricamente para hacer comparaciones entre las cifras y sacar conclusiones aplicando la teoría de las probabilidades”. También podemos decir, de acuerdo a otros autores como J. Boot, que la “Estadística es el conjunto de teoría y metodología empleadas para usar y analizar evidencia numérica y seleccionar una decisión o acción entre varias alternativas disponibles, cuando no se conocen todos los hechos relevantes”. Con todo esto en mente, vemos que nuestro personaje intuía desde hace muchos años, que tenemos asegurado por delante, el premio del desarrollo económico, siempre y cuando, nos preparemos y trabajemos con tenacidad para alcanzarlo.
Con respecto al tema histórico y cultural, Ignacio Estrada nos menciona que en 1881, cercano a la Hacienda del Tequesquite, se encontró un cementerio antiguo de gran magnitud ya que descubrieron cuarenta cadáveres de guerreros en diversas posiciones y cada guerrero portaba en la espalda sus respectivas armas de obsidiana. Cabe hacer de esto la deducción de que en dicho lugar existía un poblado de tamaño no despreciable y que ya desde hace varios siglos, nuestra región era importante tanto para los reinos antecesores a los purhépechas como para ellos mismos y también para los españoles.Nuestro personaje también nos relata de las enfermedades sufridas por nuestro pueblo, sobre todo el Cólera Asiático, que en 1833 asoló la población ya que carecíamos de reglas higiénicas y no teníamos el poderoso auxilio de la ciencia médica. La población fue diezmada y ocurrieron hechos lamentables a causa del pánico de las familias ya que por temor a contagiarse, llegaron a sepultar vivos a sus parientes creyendo que ya estaban muertos. Posteriormente, en 1850, volvió a invadir al pueblo otra enfermedad, el Cólera Morbo, pero ya la población estaba prevenida y todos se organizaron para establecer una botica y entregar gratuitamente las medicinas y además, hubo dos facultativos, uno pagado por el Gobierno del Estado y el otro, por los mismos vecinos y fue entonces que la enfermedad no causó los mismos estragos que diecisiete años antes.Desde el punto de vista económico, Yurécuaro siempre ha contado con grandes ventajas estratégicas. Hace cientos de años, los primeros pobladores se asentaron aquí para aprovechar la gran cantidad de agua y alimentos que les brindaban el Río Grande y las innumerables lagunas y manantiales de la región. Posteriormente, con el trazado de la vía del ferrocarril, nuestra ciudad fue por mucho tiempo, un punto vital para el traslado de mercancías y un medio de comunicación para miles de personas que llegaban desde Los Altos de Jalisco y desde el centro de Michoacán, para trasladarse a las grandes ciudades como Guadalajara, México, Irapuato y muchas más y que de no existir el ferrocarril, no hubieran podido comunicarse tan fácilmente. En la actualidad, el inmejorable clima, la infinidad de medios de comunicación y la cercanía de los centros de consumo, hacen de nuestra región un poderoso centro de suministro de gran variedad de alimentos agropecuarios y sobre todo; esta región, puede surtir a las grandes ciudades de muchos productos que aun no se están cultivando y que en un futuro cercano, se tendrán que aprovechar. Vemos entonces que el progreso la abre las puertas a aquellos empresarios visionarios que arriesguen su patrimonio con la certeza de que esta tierra pródiga les devolverá a ciento por uno lo que siembren e inviertan.Para apoyar lo anterior, Ignacio Estrada menciona en su obra que Yurécuaro siempre ha sido muy industrioso ya que desde sus orígenes han existido “aprovechamientos” y cultivos y también fábricas y manufacturas diversas que le han dado prestigio. Se han tenido diferentes manufacturas de muebles de madera y tule o carrizo, petates, canastos, jaulas para pájaros. Materiales de construcción y loza cocida. Talleres de ropa desde el año de 1635 donde se fabricaban manta, rebozos y zarapes. Cuenta que en 1850 había una fábrica de sillas de madera de sabino con asientos de tule y dibujos marcados con oro que se mandaban a ciudades lejanas y tenían una gran aceptación. En 1855 había cinco fábricas de naipes cuyos respectivos dueños llevaban por apellidos: Esqueda, Zepeda, Reyes, Segura y Bravo. Eran naipes muy estimados por los compradores de las grandes ciudades.También Ignacio Estrada nos habla de las obras realizadas desde hace muchos años, por ejemplo, la introducción del agua en 1853. También nos menciona que en 1861, siendo presidente municipal Francisco Villanueva, se hizo la primera parte de la Calzada que une a Yurécuaro con Tanhuato; esta primera parte era de 234 metros que aproximadamente es la distancia de las vías del tren a donde está la fuente actual. Ahora bien, la segunda parte y que es la más extensa, se hizo con la promoción de Marcelino Hernández, según nos lo ha relatado recientemente su nieta Cintia Ramírez Hernández, Jefa de Catastro en Yurécuaro. Por otro lado, también se menciona que en 1919, siendo presidente municipal Ignacio Estrada, se iniciaron los trabajos para construir el portal interior de la presidencia municipal y fueron terminados en 1922, siendo presidente Eleno Curiel.La obra escrita por el Sr. Estrada Navarro en 1942, nos ilustra de muchas cosas más sobre nuestra pasado. Los invito a consultarla más ampliamente en su formato original ya que por motivos de espacio, no es posible transcribirla en esta columna.Nuestro personaje de hoy, se despidió de nosotros de esta manera: “El peso de los años me está precipitando cada día con más celeridad por la rápida pendiente que conduce a la tumba” y por eso, “me he sentido impulsado a editar esta Memoria Estadística de mi Inolvidable y querida tierra natal”.Él creía firmemente en la capacidad de los yurecuarenses para sobreponerse a todos los obstáculos, trabajando para alcanzar grandes alturas, no debemos defraudarlo ni tampoco debemos permitir que se borre su memoria.Gracias por acompañarme nuevamente.
José Luis García Salazar
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