Si definimos a la cultura como “el conjunto de conocimientos científicos, artísticos y técnicos que le permiten a la sociedad vivir mejor”, vemos que un yurecuarense ha contribuido a la cultura nacional a través de su música. En este artículo, vamos a hablar de Rigoberto Alfaro, quien a lo largo de 63 años se ha dedicado a trabajar aplicando su vocación musical en varios campos del quehacer humano, no sólo en México sino en varios países más.Rigoberto nació en Yurécuaro el 1º de noviembre de 1934. Sus padres fueron Esperanza Rodríguez Ochoa y José Guadalupe Alfaro Trujillo quien le dio las primeras lecciones musicales y lo llevó con la maestra Rosenda Arellano para que le impartiera las enseñanzas gramaticales. Por necesidades de la vida, cuando Rigoberto contaba con 8 años de edad, la familia emigró a la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas donde Rigoberto tuvo que trabajar para ayudar con los gastos familiares. Consiguió un cajón y recorrió las calles de la ciudad dando grasa a los zapatos. Muchos años después, cuando ya era un consumado músico, un amigo le dijo: “quien dijera que un gran cancionero, comenzó siendo bolero”. Posteriormente, la familia se trasladó a la ciudad de México donde Rigoberto, que apenas contaba con 11 años, empezó a acompañar a su papá cantando en restaurantes y cantinas. De esos tiempos, Rigoberto se acuerda que siempre quiso cantarle al amor y por ello, muchos años después compuso una de sus mejores canciones “Para mí todo es amor” que representa el motor y el tema que siempre pedía la gente: “que si una mujer te da amor, le cantas; que si te lo niega, también le cantas”. “Por eso, los que nos dedicamos a esto, siempre vamos a tener trabajo” agrega sonriente Rigoberto. Un tiempo después, Don Guadalupe forma parte del Mariachi Arandense y Rigoberto participa como guitarrista pero con ciertas carencias en conocimientos musicales y es por ello que toma la determinación de estudiar de manera formal y se inscribe en la Escuela Libre de Música y Declamación. Una vez que afianzó sus bases musicales y debido a su calidad interpretativa, Rigoberto fue invitado a participar en varios de los mariachis más prestigiados de ese tiempo con los cuales siempre demostró su profesionalismo lo cual también le abrió las puertas de otro de sus sueños: formar parte del mejor grupo folklórico que existía: el Mariachi Vargas de Tecalitlán. Su ingreso a esta agrupación se formalizó a instancias del compositor Rubén Fuentes, gran amigo de Rigoberto, quien lo recomendó ampliamente con Don Silvestre Vargas.
Su vida profesional y de trabajo creativo a lo largo de más de 60 años.Rigoberto Alfaro se ha desempeñado en varios campos de las artes musicales: intérprete, guitarrista, compositor, arreglista, productor de obras, director artístico y maestro de música. Como intérprete en el mariachi, Rigoberto recuerda la gran confianza que llegó a tener con Pedro Infante quien una vez le dijo: “eso que dicen los periodistas de que yo le tengo envidia a Jorge Negrete, ¡son puras pendejadas!, si hasta le puse su nombre al teatro que construí en mi casa de tanto que lo quería”. Como compositor, ha logrado crear más de 60 obras, muchas de ellas grabadas por artistas famosos. De estas composiciones, guarda especial cariño por: Quisiera olvidarme de ti, La fuente (música instrumental) y Soy de puro Michoacán de la cual cito unas pocas líneas:
Soy de puro Michoacán,Mi tierra es un paraíso, vecino de Guanajuato, de Guerrero y de Jalisco…..… Honrado y trabajador, purépecha por orgullo,Me gusta labrar el campo, disfrutando de su arrullo…Mujeres ya ni dudar, de fama en el mundo entero,Las güeras son un primor, y por las morenas muero…
Dentro de sus composiciones, también cuenta con un disco de música instrumental llamado Suite Mexicana donde tiene canciones como: Quetzalcoatl, Amanecer Azteca, Cielo Tarahumara, Vihuela y Escamole, entre otras piezas más. Cuenta Rigoberto que estas composiciones eran sólo para su deleite personal, pero alguien las escuchó y las lanzaron al mercado teniendo muy buena aceptación. Como arreglista, dice Rigoberto, es quizá como es más conocido ya que ha impulsado al éxito a grandes artistas entre los que sobresalen: Juan Gabriel, Lola Beltrán, Vicente Fernández, Antonio y Pepe Aguilar, Rocío Durcal y el inolvidable José Alfredo Jiménez de quien Rigoberto guarda con cariño una dedicatoria que le hizo: “Para Rigo mi sincero recuerdo y gracias por tantos arreglos tan bonitos que han adornado mis canciones. Sinceramente José A. Jiménez”. También nos explica Rigoberto que la labor del “arreglista” consiste en transformar
las canciones que entregan los compositores y que son como diamantes “en bruto”. La canción es preparada y “vestida” por el arreglista para que todos los instrumentos musicales hagan su entrada y participación adecuada produciendo una sinfonía que le guste al público; sin estos arreglos, puede que las canciones no pasen de la regadera, es decir, “ser cantadas solo cuando se baña el que la compone”.Rigoberto también se ha desempeñado como “Director Artístico” en las compañías disqueras. A grandes rasgos su trabajo consiste en: recibir todas las composiciones que llevan los creadores ya sea en un cassette o en disco compacto. Después selecciona los temas que tienen cierta calidad artística y que son adecuados para los artistas que colaboran en la firma disquera. Posteriormente, encarga los arreglos musicales y coordina las actividades de la orquesta y mariachis para acompañar a los artistas cuando se hacen las grabaciones. También ha fungido como director artístico en programas famosos de radio y televisión como: Siempre en Domingo, Noches Tapatías, Este México Nuestro, Estampas de México, entre varios más. Adicionalmente, y debido a su fervor religioso, es el Director artístico que más estiman los cantantes famosos que año con año llevan las tradicionales Mañanitas a la Virgen de Guadalupe en su Basílica. Quien ha tenido la suerte de ver a Rigoberto junto a los artistas, puede constatar ese gran cariño que le profesan todos y baste comentar aquí que Vicente Fernández siempre presume ser compadre de Rigo. Nosotros los yurecuarenses podemos presumir que hasta los foros cinematográficos ha llegado Rigoberto ya que siendo muy joven apareció con Pedro Infante en la película “Ahí viene Martín Corona” en la cual, como dice en broma Rigoberto, “por poco y me hacen besar a Sarita Montiel, pero El Piporro se me adelantó”.
Reconocimientos recibidos.A lo largo de su carrera artística, Rigoberto ha recibido infinidad de premios. Entre los que más guarda con cariño son: en 1982 la Lira de Oro como mejor arreglista, en el 2004, el homenaje en disco del Mariachi Sonidos de América; en 2006, el disco-homenaje del Mariachi Nuevo Tecalitlán y por supuesto, el reconocimiento como Hijo Distinguido de Yurécuaro en 2004.El Maestro Rigoberto Alfaro y las conferencias que imparte en Los Estado Unidos.En el país vecino y viajando con papeles y no de “mojado”, Rigoberto dedica dos visitas cada año. Una la realiza a Chula Vista, California, al Southwestern Collage que ofrece lo que se considera como el primer título en la nación en música de mariachi. En esta institución, Rigoberto trabaja con cerca de 200 estudiantes que están desde kindergarten hasta el décimo segundo grado. Durante ocho días de trabajo intensivo, se imparten talleres y conferencias mediante las cuales se busca preservar nuestra herencia en la gente que vive allá. Por otro lado, También imparte las conferencias en Alburquerque, Nuevo México, donde existe un Salón de la Fama dedicado al mariachi y donde también se trabaja con más de 500 alumnos.Quiero terminar estas líneas con una reflexión: ¿por qué debemos honrar y poner de ejemplo a Rigoberto Alfaro Rodríguez? Considero que son varios los motivos; el primero, por ser una persona que ha trabajado con ahínco durante más de 60 años y que siempre externa su orgullo por Yurécuaro. También por su tenacidad, creatividad, profesionalismo y vocación musical y sobre todo porque es un Ser Humano íntegro y sencillo, que se ha dado a querer y ha amado a los que tienen la suerte de conocerlo.
Gracias por su lectura:
1 comentario:
Soy Agustín V. Águilar, compositor, amigo y compañero de Rigo, a quien saludo y admiro con cariño y respeto.
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