Guanax

En este artículo quiero hablar de quien inició el linaje “yurecuarense” propiamente dicho ya que Guanax es la primera persona originaria de Yurécuaro de quien se tiene noticia registrada históricamente. Vuelvo a citar la obra del Dr. Francisco Miranda: “Yurécuaro, Monografías Municipales del Estado de Michoacán” y también la obra: “Relación de Michoacán” capítulo XXIX: “Cómo vino Nuño de Guzmán a conquistar a Xalisco e hizo quemar al cozonci”.Era el 5 de febrero de 1530, Nuño de Guzmán se dirigía al norte de Michoacán y a Jalisco a consolidar la Conquista; llevaba preso a Tangaxoan II último rey purépecha a quien ya le había exprimido hasta el último pedazo de oro y plata que le quedaba. El español estaba temeroso que Tangaxoan se rebelara y le habían dicho que en Cuinao o en Coina (por el rumbo de Atotonilco) o por Cuynapan (en el estado de Guanajuato) se estaban preparando para atacarlo, 8000 guerreros purépechas. Las tropas españolas se habían asentado a orillas del Rio Grande en Conguripo (cerca de Angamacutiro). Una de sus patrullas de avanzada había capturado a un “indio chichimeca naguatlaco tarasco” al cual le preguntaron su nombre y contestó: Guanax. Le preguntaron de dónde era y les dijo: de Yorecuaro. Le preguntaron por qué te traen preso y contestó: iba de mi pueblo a Zináparo por maíz y me prendieron.Después lo siguieron interrogando sobre la gente de guerra que estaba apostada para atacarlos, que cuántos eran y quién los mandaba. Contestó que no sabía “ni había visto que haya gente de guerra en dicho pueblo”. Le preguntaron: ¿esa gente de Cuinao sirve al Cazonzi? Y contestó: “Antes eran enemigos, ahora son amigos y sirven a Cazonzi”.Cabe agregar en este punto, que la historia nos dice de Nuño de Guzmán que tenía la habilidad para hacer confesar a cualquiera y no dudaba en utilizar procedimientos brutales como el “aperreamiento”. Éste consistía en amarrar a los prisioneros en una gran estaca y después les soltaban uno o dos perros hambrientos que los iban destrozando poco a poco. Probablemente a Guanax lo convencieron de que dijera lo que los españoles querían oír y confesó que en Cuinao sí había gente de guerra y que la mandaba un jefe llamado Cipaque. También confesó que el señor de Yorecuaro había matado a dos españoles y que dicho señor ya había muerto, aunque no dijo si había muerto en batalla o por otra causa.Con esta confesión, Nuño de Guzmán obtuvo el pretexto para ejecutar a Tangaxoan y el 14 de febrero mandó que lo ataran de pies y manos y que le pusieran una soga en el cuello; enseguida, lo amarraron a la cola de un caballo que lo arrastró por las calles del pueblo. Posteriormente, fue llevado a las orillas del río, lo ataron a un madero y lo estrangularon. Finalmente, quemaron el cuerpo y regaron las cenizas en el Río Grande.Con el fin de conocer un poco más el ambiente en que se desenvolvía nuestro protagonista, quisiera hacer ahora un recorrido imaginario acompañando a los ancestros de Guanax. ¿De dónde llegaron los primeros pobladores de nuestra región? El tema es muy extenso y por el momento solo analizaremos dos posibilidades: eran miembros del reino de Chupícuaro o eran parte de los integrantes de la Peregrinación de los mexicas que venían del norte y se asentaron finalmente en la Gran Tenochtitlan.Sobre la primera posibilidad, podemos decir que la cultura de Chupícuaro se desarrolló en el occidente de México desde el Altiplano Central hasta los actuales Estados de Nayarit y Colima. Su principal sitio arqueológico se asentó a las orillas del Rio Lerma y ahora está cubierto por la presa Solís, cerca de Acámbaro. Los arqueólogos e historiadores datan el predomino de esta cultura desde el año 800 a. C. y hasta el 200 de nuestra Era. Expreso esta hipótesis debido principalmente a que los pobladores en la antigua Chupícuaro buscaban asentarse predominantemente en las riberas de los ríos y cerca de los manantiales y como es obvio, nuestra región les ha de haber parecido un paraíso. Además, en dicha cultura, llevaban a cabo el enterramiento de sus muertos de una manera muy característica, similar a las tumbas que hace unos años se encontraron en las tierras de cultivo cercanas a donde se bifurca el camino que conduce hacia Monteleón y hacia El Refugio. Sobre la segunda hipótesis, se puede decir que los mexicas, en su largo recorrido que duró más de 150 años partieron de Aztlán-Chicomostoc en el norte y se dirigieron hacia el sur. Se cree que en cierto punto de su peregrinaje, se toparon con el cauce del que hoy se llama Río Santiago y que corriente arriba es nuestro Río Lerma. Los mexicas siempre buscaron el agua como elemento vital para sobrevivir y se asentaban en los cauces dando origen a distintas poblaciones y posiblemente, algunos integrantes se quedaron a vivir en la región de Yurécuaro. Sea cual sea el origen de los primitivos pobladores, posteriormente y allá por el año de 1410, los purépechas, bajo el mando de Tariácuri, conquistaron estas tierras y obligaron a pagar tributo hasta que los españoles hicieron su aparición.Volviendo a nuestro relato sobre Guanax, vemos que cuando lo apresaron “iba de Yorecuaro a Zináparo por maíz” y que el probable camino que tomó fue por el rumbo de La Joya, atravesando el cerro para después pasar por Taquiscuareo hasta llegar a Zináparo. La ida la podía hacer en una jornada y media a muy buen paso, y quizás corriendo, pero ya de regreso se tardaba más del doble porque traía el maíz en sus espaldas ya que, como sabemos, en ese tiempo no había bestias de carga. Ahora, imaginemos la fortaleza, el aguante y la determinación que poseía Guanax que le permitían cumplir el deber para con su familia que lo esperaba en su hogar localizado cercano a la antigua Alberca de Monteleón o por la laguna del Tequesquite o por el rumbo de La Loma.Guanax como primer personaje histórico de estas tierras nos ha legado el ejemplo de su fortaleza y el ánimo que ahora, en estos tiempos del siglo 21, siguen muchos otros yurecuarenses ya sea en “el otro lado” como migrantes o en otros lugares del mundo y también en todo nuestro municipio y que con su esfuerzo cotidiano, cumplen con su deber. A todos ellos, les doy mi reconocimiento, respeto y aliento para que no dejen que el pesimismo y la desesperanza de estos tiempos tan difíciles les quebrante el ánimo o les apague las ganas de seguir superándose personal y familiarmente.
Gracias por su lectura: José Luis García

No hay comentarios: